If you assume that there is no hope, then you guarantee that there will be no hope. If you assume that there is an instinct for freedom, that there are opportunities to change things, then there is a possibility that you can contribute to making a better world
La frase es de Noam Chomsky, pero también aparece en Captain Fantastic con Viggo Mortensen y creo que es un buen punto para hablar de lo que me planteaban hace poco tiempo.
Desde que era una niña tengo la capacidad de ser extremista hasta un punto casi taliban, es un chiste que nadie se altere. En fin, si en la escuela me pedían que no me saliera de la línea coloreando, yo tenía que empezar el dibujo de nuevo apenas hubiera la sospecha de que no había respetado las fronteras. Para mí la vida ha sido blanco y negro en la mayor parte del tiempo y para nada intento quejarme, lo cierto es que en ciertos terrenos ha resultado tremendamente útil ser inasequible para el desaliento y no buscar matices que pudieran ser excusas.
Sin embargo, tampoco es un método infalible y sí puede resultar limitante quedarse en los extremos, al final incluso en el libro más vendido del mundo (ya te imaginarás tú cual es, spoiler no es El Quijote ni el de las niñas de las dudas) se nos invita a buscar el equilibrio, en el punto medio está la virtud.
Por tanto, volver a la frase de Chomsky resulta muy útil. Si en la vida todo fuera fácil, quien querría avanzar si cuando todo está bien nadie quiere moverse y al mismo tiempo funciona a la inversa, si todo en la vida fuera de tal dificultad tampoco querrías moverte porque no tendría sentido, no tendrías oportunidad en contra de las murallas.
La realidad es que en esos matices de gris o de azul o del color que tu quieras con los que está compuesta nuestra vida tendremos que desarrollar la capacidad de encontrar argumentos para pelear las dificultades, habremos de ser lo suficientemente listos o estar lo suficientemente desesperados para encontrar esa barquita a la que aferrarte en el medio de las tormentas y donde llevar tu tranquilidad cuando haya mar en calma.
Entonces, intentar construir refugios en los extremos lejos de conseguirnos caminos nos va a encerrar en nuestros complejos y aunque muchas veces resulte más cómodo aferrarse a las ideas, lo útil será conservar firmes los principios y con ellos crear una base que sirva como barquita que nos lleve a la virtud. Después de todo de nada sirven las escalas de toda la paleta de colores si son solo representantes del mismo reinado del terror.
Pero eso sí el café es sin azúcar y sin leche, seamos serios.
cansada de oficinas 