Las posibilidades infinitas

If you want a guarantee, buy a toaster.

Clint Eastwood en The Rookie (1990)

💛

Hace unos días emprendía una cierta cruzada contra la nostalgia, no vengo a retirarlo en ningún caso, el afán de adornar lo que ha sido solamente por temor de lo que pudiera ser sigue pareciéndome un camino seguro a la inconformidad solo por creer que todo lo anterior empañado por nuestra ñoña memoria ha sido mejor.

Lo bien que estaría en aquel trabajo que rechacé pero que ¡oye! Ya pensado desde mi memoria ñoña, que vista más bonita debe haber tenido esa oficina a las 10 de la noche…

Siendo más clara, pensaba que de lo que nos enamoramos es de las posibilidades.

Es decir, añoramos lo irreal porque está lleno de subjuntivos e hipótesis luego la realidad que es siempre más terca suele gustarnos bastante menos. Estamos diseñados para pensar en función de lo que podríamos ser y hacer, en algunos intentos terminaremos idealizando personas, futuros, o planes. Nos inventaremos días felices en donde la vanidad saldrá a nuestro rescate.

Añoramos lo que pensamos que pudo haber sido y eso lo dicen también las canciones…

«I’m a dreamer by design and I know in time, we’ll put this behind»

Cuando era niña escuché que un mago iba a desaparecer la Estatua de la Libertad, en vivo y en directo. Lo que en verdad desapareció fue su matrimonio con Claudia Schiffer. Tampoco habría que reírse tanto de su idea, si desaparecen amores, relaciones, si perdemos amigos, extraviamos afectos… ¿cómo no va a poder desaparecer algo físico, algo que puede dinamitarse… destrozarse?

Nuestra vida es una sucesión de hechos que ocurren y seguirán ocurriendo sin que nosotros logremos plena comprensión de ellos, aparecerán lugares, cosas, personas y otras tantas perdurarán aun cuando no sea de la misma forma.

María Gainza decía en La Luz Negra: “sospecho en especial de los historiadores que con sus datos precisos y notas heladas de pie de página ejercen sobre el lector una coerción siniestra. Te dicen: «esto fue así» A estas alturas de mi vida yo aprecio las gentilezas, prefiero que me digan: «supongamos que así sucedió»

Como María, aprecio las gentilezas de introducir la duda, la hipótesis. De plantarme frente a la realidad, no solo cuando se trata de hacer la lista de deseos, de posibilidades. De las posibilidades no se sale: por algo son infinitas.

Yo me aburro si no pienso que todo es posible. Ya sé que ahora está muy de moda decir que aburrirse está muy bien, que es saludable y hasta creativo pero yo estoy chapada a la antigua, sigo pensando que aburrirse es horroroso.

Que sucedan cosas. Las que sean, importantes, banales, definitivas o ridículas.