De lo perdido, lo que aparezca

I write entirely to find out

what I’m thinking,

what I’m looking at,

what I see and what it means,

What I want and what I fear.

Joan Didion

💛

La vida es perder cosas todo el rato, hay pérdidas que son inevitables pero que de alguna manera sabías que venían, hay muchas otras que nos toman desprevenidos. En su mayoría entendemos perder como algo que debe doler, un trago amargo, dado que no siempre es así hoy quiero pensar en aquello que no deberíamos tener miedo de perder, ni angustiarnos por su abandono… repentino o no.

Time wont fly it’s like I’m paralyzed by it

Sobre de todas las cosas que debemos aprender en la vida, perderlo todo menos a nosotros mismos podría ser la más importante, sin embargo, resulta una lección de lo más truculenta (excelente palabra, por cierto). Hay experiencias en la vida que nos sumergen en piscinas de soledad, de tristeza, lugares profundos en donde pareciera que no hay fondo y que, dado que estamos abandonados, tampoco podemos tomar suficiente aire para buscar la escalerilla.

Cuando estuve ahí, la única añoranza que conservaba era la de recuperar “mi antigua yo”. Volver a ser aquella versión de mí que no se ahogaba. Parecía que el tiempo se había congelado, al mismo tiempo que no era posible avanzar tampoco podía regresar a ser la de antes. Solo podía extrañar cuando la piscina estaba vacía.

Con el tiempo entendí que la “antigua yo” era imposible de recuperar, que le pertenecía a ese pasado, que uno no quiere volver a donde fue feliz, quiere volver a ser feliz y que eso no implica ser un yo antiguo en un nuevo día. No se puede perder lo que no es tuyo… entonces primero hay que ser dueño de sí mismo.

A veces hay que dejar arrastrarse y con paciencia encontraremos ritmo.

Cowboys and hopeless crowns

Sentirse ajeno a ciertas situaciones, personas y lugares suele ser complicado cuando eres muy joven puede sentirse como quedarse fuera de sitio, un tanto exiliado de algunas esferas especialmente de las sociales. Con la edad no solamente ganas prioridad en la fila del súper sino también la seguridad de que no encajar en todo: es bonito y está bien.

Ir perdiendo la preocupación de ser aceptado en todo y por todos, es un gustito que se saborea como esa taza de café en plena golden hour. El encanto estará en poseer un amplio abanico de intereses para encajar casi en cualquier sitio porque no tienes la intención de ser ninguna cosa en particular.

Luego abrazar el caos y decir que sí a casi todo.

All the jokers dressin’ up as kings

Taylor Swift (sí, de nuevo ella, ¿por?) define sus 20’s como una etapa donde entró a una tienda de disfraces, se probó todos los que tenían en existencia y al final salió con la misma ropa con la que entró. Hay una nostalgia que tiene que ver con el dolor al regreso a un lugar en el que nunca hemos estado, en este caso a la imagen mejorada de nosotros mismos, una versión ideal y perfecta de lo que quisiéramos ser.

Es noble y hay cierta belleza en el sentido humano de aspirar a alcanzar la perfección y bondad. Lo que no tiene nada de bonito es disfrazar nuestros complejos con victimismos y mucho menos querer pasar por estoico lo que es pura irresponsabilidad.

Where you going, sunshine?

La crueldad y la ambición existen, el mundo no es lo blandengue que te cuentan. En varias ocasiones hemos repasado que vivir con miedo es sacrificar no solo tus planes sino tu tranquilidad. Hay una única seguridad que todos tenemos y que, aunque lo intentetemos, no vamos a ser eternos.

Hay que aprender a perder porque es inevitable, especialmente perder el miedo, perder la sensación de que somos tan pequeños que el mundo nos absorbe y que solo puede reinar en nosotros el agobio de que estamos imposibilitados para cambiar, perder la angustia de que las catástrofes no tienen ni motivo ni final.  

Resultará útil adoptar cierta mentalidad para la vida: “yo no vengo aquí a quejarme, yo vengo aquí ya llorado de casa”. En ningún caso se trata de ocultar e ignorar nuestras tristezas, más bien de no convertirnos en plañideras ambulantes y al servicio de cualquier causa por atractiva que esta sea.